Miriam:
Ya la veo. Viene medio corriendo. Y yo llegaba tarde. Yo nunca llego tarde, pero me había entretenido buscando las llaves. Nunca se donde las pongo. Estaba caminando a paso acelerado y allí estaba Paula. Con su chaqueta negra y su bufanda rosa a rayas. Le saludé a lo lejos con una sonrisa, y ella me devolvió una cara de preocupación. Me quedé patidifusa y fui más rápido cada vez. Llegué.
- ¡Estoy agotada! Llego tarde por que no encontraba las... - Paré. Paula parecía muy asustada. -¿Qué pasa? ¿Estás bien?
Paula me dijo: Miriam... Tengo que contarte muchas cosas.
Decidimos sentarnos en el banco más cercando de aquella calle y me contó todo lo que había vivido con ese malnacido, sí, malnacido. Paula pasó cosas muy malas... Para consolarla le dije:
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