Nuestra directioner nº:

jueves, 29 de diciembre de 2011

Ya comienza todo (I)

Publicado por Paula y Miriam en 6:38
Paula:
6:27. A tiempo. Riiiiiiiing. Ni un segundo.
-Si?- era la madre de Miriam.
-La Paula!- exclamé yo.
-Pasa, pasa, ya casi hemos acabado- entré.
Sin dudarlo fui directa a la habitación de Miriam y un abrazo nos unió aún más. Sonaron sollozos provenientes de Miriam.
-No llores…- le dije apartando las lágrimas de su cara- ahora me toca a mi hacer de psicóloga- le dije en tono burlón intentando sacarle al menos una pequeña sonrisa. Lo conseguí.
-Venga vamos, que llegaremos tarde si no te das prisa.
-Ya voy, ya voy- dijo más calmada.
La madre de Miriam entro por la puerta. ‘’Ya has acabado?’’ dijo, Miriam asintió. ‘’Va, no hay tiempo que perder’’ salió de la habitación medio estirándonos del brazo.
Íbamos en el coche, cada segundo, era más real. Iba pensando, en Alex. Alex era un ex amigo-algo más de mi amiga. Era el típico friki de la clase, el nerd de los nerds. Hasta que conoció a Víctor, un guaperas chulito, vamos, mi ex novio. Juntos eran los más de lo más del barrio. Y unos rompe corazones con las nenas. Pero antes de entrelazar amistad con Víctor, Alex era un buen chico y sobretodo muy amigo de Miriam, la cual poco a poco estaba coladita por sus huesos. Tuvieron algo, sí, nada importante para Alex, pero mucho para ella. Al principio él le hacía creer que lo que tenían era un cuento de príncipes y princesas, dónde había unicornios y siempre serían felices. Ella sin darse cuenta de la farsa se estaba pillando y mucho. Hasta que un día por WhattsApp le llegó una imagen de Alex besando a una chica. Miriam le dejó de hablar y él pasó de ella durante mucho tiempo, vamos, hasta ahora. Pero Miriam, en el fondo, muy en el fondo, le seguía queriendo, seguía enamorada. Pero Dani, fue el que estuvo con ella cuando pasó aquello y Miriam se dio cuenta de que también quería a Dani. Está muy confusa, y por eso quiero que deje de pensar en los dos, que se relaje, tenemos un viaje maravilloso por delante, con muchas aventuras por vivir. Aunque no soy quién para decir que se relaje…
Llegamos al aeropuerto y mientras estábamos embarcando vi algo que me pareció familiar.
-Mierda…- formulé muy bajito. Aún así Miriam me escuchó.
-Qué pasa?- susurró ella.
-Mira- dije señalando dos siluetas.

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