Miriam:
- Muchas gracias... Es que soy muy torpe para estas cosas y me pongo nerviosa en seguida... - Conseguí decirle. En realidad, seguía nerviosa después de todo. Me sudaban las manos y es que ese chico, tenía algo especial.
Se sentó un asiento detrás mío. Y de repente empezó a hablar. Pensé que estaría hablando con su compañero de al lado, pero en realidad me hablaba a mí. Paula me avisó de eso.
- Ai, me hablabas a mi. - Me quité el auricular. - Lo siento lo siento lo siento. "Qué tonta que soy", pensé.
Aquel chico se puso a reír. Creo que le hizo gracia mi forma de ser. En aquel momento, aquel chico de ojos claros se levantó y habló con una de las azafatas. La azafata dijo que sí con la cabeza y en ese momento él se sentó a mi lado. En el asiento donde no había nadie. Me miró, me sonrió y me dijo:
- Niall.
- Miriam. - Le contesté. - Bueno, llámame Miri. Ah, y esta es mi amiga Paula.
Espera. En ese momento recapacité. Estaba... hablando... con Niall Horan. ¡Cómo para no saber quién era!
Paula también se dió cuenta de quién era, y se dieron dos besos y se presentaron.
El avión despegó y me habló:
- ¿De dónde eres? Bueno, quiero decir ¿De dónde sois?
- Somos de Barcelona pero bueno, nos ha tocado un viaje a Londres con la academia de inglés. ¿Suerte, verdad? - Bromeé.
- Yo es que suelo pasar tiempo en España, tengo familia aquí. - Me contestó.
Paula estaba leyendo un libro de amor, le encantaba, mientras tenía los auriculares puestos. Estaba muy guapa con el gorro nuevo que se había comprado. De repente él, me habló de nuevo. Niall era muy majo.
- Pertenezco al grupo de One Direction, ¿Lo conocéis? - Se atrevió a decir.
- Claro, lo sé. Tengo muchas de vuestras canciones en mi Mp4, cantáis muy bien pero bueno, tampoco soy muy fan.- dije con un tono despreocupado y a la vez un pelín chuleta.
Estuvimos hablando durante todo el vuelo. Entendía su inglés perfectamente. Hablamos sobre España, sobre el viaje que Paula y yo íbamos a realizar, le expliqué las ganas que tenía de ir a Londres... Mientras, Paula dormía, cansada de tanto leer Tengo ganas de ti, de Federicco Moccia.
Nos caímos muy bien. Intercambiamos los teléfonos y prometió que me llamaría para vernos. Compartimos tantas ideas, tonterías, opiniones... Que ya me resultaba como un conocido. O tal vez como un buen amigo. Y lo bueno de todo, es que el vuelo se me pasó volando, literalmente. Y finalmente, llegamos a nuestro destino.
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